Con la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, termina el año litúrgico.
La próxima semana daremos comienzo al Adviento, para luego celebrar con alegría la Navidad.
Con esta solemnidad, la Iglesia recuerda la soberanía de Jesucristo, Rey del Universo: "La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del Reino que el Rey-Mesías, recibido en su ciudad por los niños y por los humildes de corazón, va a llevar a cabo por la Pascua de su Muerte y de su Resurrección" (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 570). Jesús, Tú eres nuestro Rey, desde la cruz donde cruelmente moriste por nosotros para salvarnos. ¡Bendito y adorado seas para siempre!
"Cuando nuestro Salvador estaba colgado en la gloriosa cruz, estaban con Él dos ladrones. ¿Qué se puede deducir de esto? Sin lugar a dudas, se trataba de una burla, de acuerdo con el plan tomado por los judíos, pero también era un cumplimiento de la profecía: ‘Le daré su parte entre los grandes y con los poderosos repartirá despojos, pues se entregó indefenso a la muerte y fue tenido por un malhechor’ (Isaías 53:12) ... Él pagó las deudas por nosotros, cargó con nuestros pecados y fue azotado por nosotros, según está escrito: ‘Por sus sufrimientos fuimos curados, pues Él cargó con nuestros pecados’ (Isaías 53:5). Y nos libró de las enfermedades del alma" (San Cirilo de Alejandría [375–444], Comentario al Evangelio de Lucas). ¡Que viva Cristo Rey! ©LPi
Notas de Misa
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