Reflexión del Evangelio
Con la fiesta de la Epifanía y el Bautismo del Señor se cierra el Tiempo de Navidad, que siempre es precedido por el Adviento. Ahora, comenzamos el Tiempo Ordinario. Serán siete domingos de este corto periodo, que termina el día anterior al Miércoles de Ceniza. La segunda etapa de este Tiempo es más larga, da comienzo después del domingo de Pentecostés y termina hasta el sábado antes del primer domingo de Adviento. ¿Para qué sirve a los cristianos este Tiempo Ordinario? ¿Qué nos pide la Liturgia de este tiempo? Pues, es muy sencillo, nos pide meditar en el misterio de Cristo. En su invitación de participar en su Reino con alegría y compromiso verdadero. La Iglesia tiene diversidad de carismas, donde podemos entregarnos al servicio de los demás.
Por ejemplo, hoy el Evangelio nos invita a participar junto con María y Jesús en las bodas de Caná. Y es ahí en esa boda, donde Jesús hace su primer milagro a petición de su Madre María. El diálogo de ambos viene a ser a causa de la falta de vino. Por lo tanto, los novios estaban en apuros por esta razón. Este relato es muy profundo, el hecho de que Jesús participa en la boda, tiene como significado la boda de Dios con la humanidad, que más adelante será la Sangre de Jesús derramada para la salvación de la humanidad. “Alegrémonos, regocijémonos démosle honor y gloria, porque han llegado las bodas del Cordero” (Apocalipsis 19,7). También, el profeta en la primera lectura lo pone claro: “No te llamaran más ‘Abandonada’, ni a tu tierra ‘Desolada’, sino que te llamaran ‘Mi Preferida’ y a tu tierra ‘Desposada’. Porque Yavé se complacerá en ti y tu tierra tendrá un esposo” (Isaías 62,4). ©LPi
Ordo
Notas de Misa
Introducción de Misa
Enero no es un mes común para las bodas en este país. No obstante, una boda está en el centro del Evangelio de hoy. Es en esta fiesta de bodas que Jesús hace su primer milagro de convertir el agua en vino. Aunque no estamos aquí hoy para celebrar una boda, nuestra celebración incluye tanto fiesta como milagro, dos cosas que a menudo subestimamos. Consideremos el milagro que se realiza en nuestra presencia hoy —el pan y el vino se convierte en el cuerpo y la sangre de Cristo— y demos gracias por haber sido invitados a esta fiesta eucarística.
Oración Universal
A. Por todos los cristianos, para que durante el año jubilar “Adelante en la Misión”, busquemos hacer lo que Jesús nos pide, oremos al Señor, roguemos al Señor.
B. Por los líderes de las naciones, para que respalden la tolerancia religiosa a fin de que todos sus pueblos puedan rendir culto a Dios libremente, roguemos al Señor.
C. Por todos los ciudadanos de esta nación y los que residen aquí, para que, inspirados por el modelo del Dr. Martin Luther King, Jr., se afanen en un esfuerzo conjunto por luchar contra las injusticias, roguemos al Señor.
D. Por las parejas que se preparan para el matrimonio, para que sean un signo del amor que Dios nos tiene a todos, roguemos al Señor.
E. Por todos y cada uno de nosotros, para que reconozcamos los dones espirituales de los demás sin celos ni resentimientos, de manera que podamos desarrollar nuestros propios dones espirituales en beneficio de otras personas, roguemos al Señor.
F. Elevemos ahora las súplicas que han quedado en el silencio de nuestro corazón; todas esas intenciones que, sin ser expresadas, ya Dios conoce, roguemos al Señor.
Avisos
1. Se invita a todos los ujieres, lectores, ministros extraordinarios de la Santa Comunión y miembros de los coros que asistan a nuestra formación litúrgica este viernes a las 6pm en la Plaza Madonna. La invitación también se extiende a toda las personas en la comunidad que les gustaría integrarse a uno de estos ministerios. Estaremos tomando fotos para los gafetes de este año.
2. La oficina parroquial estará cerrada debido al día del Dr. Martin Luther King Jr. Seguiremos teniendo Misas a las 8:00 a.m. y 5:00 p.m. pero no habrá confesiones.
3. Nuestras inscripciones de confirmación de adultos está abierto para aquellos mayor de 18 años que desee recibir su último sacramento de iniciación. Puede inscribirse en línea o en la oficina parroquial.
