Reflexión del Evangelio
Ser cristiano es ser un profeta comprometido en el amor y en la esperanza. La Liturgia de hoy, por medio del profeta Jeremías, nos pone en alerta sobre este asunto del llamado de Dios al discipulado ya desde el vientre materno: “Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones” (Jeremías 1,5). Para comprender con mayor claridad y poner manos a la obra en este llamado, debemos recordar que, el domingo pasado, Jesús se encontraba en la sinagoga de Nazaret y sus últimas palabas del pasaje de la Escritura decían: “Hoy se cumplen estas palabras proféticas y a ustedes les llegan noticias de ello” (Lucas 4,21).
Los que escuchaban a Jesús se admiraban de su elocuencia. ¡No lo podían creer! Ellos lo conocían, habían vivido a su alrededor, tenían familiaridad con él. Por lo menos sabían su oficio, “carpintero, hijo de José y María”. Jesús conocía sus pensamientos y responde: “Seguramente ustedes me van a recordar el dicho: Medico, cúrate a ti mismo. Realiza también aquí, en tu patria, lo que nos cuentan que hiciste en Cafarnaúm” (Lucas 4,23). ¿Por qué nadie es profeta en su tierra? Le pasó a Jesús y nos pasa muchas veces a nosotros, hacemos el bien por ahí y cuando se dan cuenta los vecinos y la familia, viene el cuestionamiento y los comentarios sin saber realmente lo que la persona es, vive, o siente. O, mejor dicho, se ignora su compromiso con el amor, como lo expresa San Pablo a los Corintios: “Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor: pero la mayor de estas tres es el amor” (1 Corintios 13,13). ©LPi
Ordo
Notas de Misa
Introducción de Misa
La frase inicial tanto de la primera lectura como del Evangelio son reconfortantes e inspiradoras, pero ambas lecturas pronto se tornan difíciles y serias. Vivir fielmente según el Evangelio pudiera ser así. Pudiéramos salir de aquí con entusiasmo e inspirados y después encontrarnos con conflictos y adversidades en el hogar o en el vecindario o en el mundo. Oremos para que la Eucaristía nos dé la fuerza para enfrentar nuestras dificultades esta semana.
Oración Universal
A. Por la Iglesia, para que durante el año jubilar “Adelante en la Misión”, todos proclamemos con alegría la buena nueva de que el reino de Dios se ha vuelto cercano a nosotros en la persona de Jesús, roguemos al Señor.
B. Por nuestros líderes, para que defiendan con valentía la dignidad de toda la vida humana, especialmente los que nuestra sociedad ha marginado, roguemos al Señor.
C. Por las víctimas de la violencia por armas de fuego y para que nos empeñemos en ponerle fin a este tipo de violencia en esta nación, roguemos al Señor.
D. Por maestros, administradores y el personal de las escuelas católicas, para que reciban la bendición de poder transmitir los valores cristianos a la juventud que tienen bajo su cuidado, roguemos al Señor.
E. Por nuestras familias, para que la virtud del amor cristiano aumente nuestra paciencia, nuestra bondad y nuestra misericordia al tratar de resolver nuestros desacuerdos y conflictos, roguemos al Señor.
F. Elevemos ahora las súplicas que han quedado en el silencio de nuestro corazón; todas esas intenciones que, sin ser expresadas, ya Dios conoce, roguemos al Señor.
Avisos
1. Este miércoles la Iglesia celebra la festividad de la Presentación del Señor. Los invitamos que nos acompañen durante la Misa Bilingüe de 8 de la mañana o en la Misa en español de 5 de la tarde. Tendremos una bendición especial para las imágenes y velas.
